“El Conde” dio la sorpresa a nivel nacional e internacional cuando quedó en la lista de nominadas finales a la ceremonia de los Premios Óscar 2024 en Estados Unidos.
La película dirigida por Pablo Larraín postula a recibir la estatuilla a Mejor cinematografía, un reconocimiento que podría caer en manos de Edward Lachman, director de fotografía de la película.
Casi todos los que han visto el largometraje coinciden que su apartado visual es uno de sus principales logros. Además del inteligente uso de la iluminación y de los diferentes lentes para transmitir sensaciones, muchas escenas son llamativas por sus efectos especiales.
Pero pocos saben que una limachina fue la productora de uno de los estudios que hizo los efectos especiales en “El Conde”. Ella es Carola Manzo Barriga y tiene 38 años.
¿Cómo llegó a ser parte del equipo detrás de “El Conde”?
Carola Manzo creció en el sector de San Francisco de Limache. “Yo estudié Derecho dos años y medio, y de ahí decidí cambiarme a algo más ligado al ámbito artístico, que siempre me ha gustado, y ha sido parte importante de mi vida, me decidí por estudiar Cine y Comunicación Audiovisual. Estudié en la Universidad Viña del Mar y me titulé el 2012, me especialicé en el área de dirección y producción”.
Vivió varios años en la Región Metropolitana, y de adulta y con su familia formada, decidió volver a sus raíces y vivir otra vez en Limache, para disfrutar del campo y la vida natural. Como dato adicional, ella es hija del secretario municipal de Quillota, Dionisio Manzo.
Carola explica cómo se involucró en la película nominada a los Premios Óscar.
“Fue a través de que invitaron al dueño de Panolab, el estudio donde estaba trabajando en ese momento, a ser el supervisor de VFX de la película, y a raíz de eso, nosotros tomamos una parte importante de los efectos necesarios para el film, fuimos varios los que participamos de ese proceso. A raíz de esa invitación me vi envuelta en esta maravilla de producción y a lo largo del proceso, pude desarrollar la coordinación de los VFX hechos por Panolab”, explica Carola Manzo.
Ella fue coordinadora de post producción de parte de Panolab.
Su equipo hizo los efectos especiales de las escenas en que los personajes volaban
La productora relata cómo fue el trabajo con Pablo Larraín, el director de la cinta.
“Fue un tremendo desafío porque, si bien el director lo tiene muy claro, él es muy certero en todas sus indicaciones, en lo que buscan, en ese sentido, con mucha guía, había una gran responsabilidad de nuestro equipo a la hora de realizar nuestras propuestas finales. Buscando en el fondo que sea lo que el director esperaba de sus tomas, que le ayudaran a contar de mejor manera su historia, y afortunadamente eso fue un proceso bastante orgánico de mucha comunicación con Pablo”, recuerda Carola Manzo.
Son varios los estudios de efectos especiales los que prestaron sus servicios para la nominada a los Premios Óscar.
Cabe recordar que “El Conde” cuenta una historia donde el dictador chileno Augusto Pinochet no está muerto, sino que es un vampiro anciano. Después de vivir 250 años en el mundo, ha decidido morir de una vez por todas.
El estudio en que estaba Carola Manzo hizo los efectos especiales en algunas de las escenas más icónicas del largometraje.
“Nosotros teníamos encargados todos los planos de vuelo de la película. Algunas tomas de algunas muertes que hubo en la película también las hicimos nosotros”, dice.
“Llegamos a buen puerto, pero eran escenas en las que efectivamente había bastante complejidad, o sea, que los vuelos parezcan naturales, la composición de esos mismos, que funcionaran entre los planos que habían grabado de fondo, en lo que se hizo de los actores mismos para después verlos volando en esas tomas”, señala.
“Siempre fue ameno y entretenido el proyecto”
Por fortuna, el estudio de efectos especiales pudo ser parte del proyecto desde el comienzo.
“Panolab participó de las conversaciones sobre esta película desde el guión, entonces habían ya muchas conversaciones avanzadas respecto de cómo se tenía que ver la película, y efectivamente en la etapa de preproducción del largometraje se hacen storyboards, se planifica que es lo que se va a necesitar para lograr cada efecto, luego cuando uno ya tiene el montaje, va afinando y haciendo distintas pruebas con los materiales que uno tenga disponible”, explica Carola Manzo.
Su responsabilidad, como productora, era hacer la planificación del proyecto completo en las escenas que les asignaron, de todas las tomas que había que trabajar, de todos los procesos que incluye cada etapa y armar el puzzle con el calendario para poder cumplir con la fecha de entrega final.
“Hay distintos procesos dentro de los efectos visuales, entonces requirió de mucho trabajo, mucha planificación, pero la verdad es que siempre fue ameno y entretenido el proyecto que elegimos con gusto, más ahora viendo los frutos del trabajo“, señala Carola Manzo.
Ella mantuvo comunicación directa con Fábula, productora del largometraje, y gestionó las tareas para cumplir con los plazos. Además, asignó las responsabilidades, supervisó quién hacía qué labor y chequeaba que el efecto funcionara bien. El resultado finalmente pasó por la aprobación del supervisor de efectos especiales, Juan Cristóbal Hurtado, y por Pablo Larraín, director de “El Conde”.
“Juan Cristóbal Hurtado se preocupa que todo siga la misma estética, él ve la parte creativa y técnica, él es muy conocido, tiene mucha experiencia, es sequisimo la verdad”, dice Carola Manzo. Él se encarga de ver que lo entregado por los diferentes estudios de efectos especiales sea similar.
(Fuente: EO)