Una serie de problemáticas fueron expuestas en un oficio hacia la Superintendencia de Educación, denunciadas por apoderadas y apoderados del Colegio Liahona de Quilpué. Hacinamiento de alumnos, techumbres en mal estado, larvas y ratones, además de una subvención que no se refleja en las condiciones en la que se albergan los estudiantes, son partes de las demandas detalladas en el documento.
Un oficio al Superintendente de Educación de la región de Valparaíso, Reinaldo Orellana, fue presentado por apoderadas y apoderados del Colegio Liahona de la comuna de Quilpué, con el fin de que se realice una fiscalización en el recinto ante graves falencias en el centro educacional.
Plagas de palomas; presencia de larvas y ratones; además de reiterados cortes de energía, son parte de las principales preocupaciones de las apoderadas y apoderados.
A lo anterior se suma -en el documento- cobros irregulares de matrícula, una subvención que no se refleja en las condiciones del establecimiento y hacinamiento en las salas de clases que si bien son para albergar hasta 35 alumnos, actualmente hay 45 alumnos por sala.
Una de las apoderadas del colegio -quien prefirió mantener el anonimato- detalló que son irregularidades que se mantienen hace años y que si bien fueron informadas al rector Héctor Pena, acusó que este se niega al diálogo.
Entre estos problemas, el documento presentado a la Superintendencia acusa deficientes condiciones de los espacios comunes, como los casinos del colegio, que no han sido adecuadamente reacondicionados para su función debido a la falta de ventilación adecuada. Sumado a baños en mal estado; camarines sin condiciones mínimas de privacidad; y mobiliario en condiciones precarias que incluso daña los uniformes de los alumnos.
Aproximadamente 1200 estudiantes afectados en colegio de Quilpué
La diputada Marzán detalló que son alrededor de 1200 los estudiantes afectados con las malas condiciones existentes en el Colegio Liahona del Belloto en Quilpué.
Entre los cuestionamientos entregados por los apoderados, se agrega la falta de profesores volantes, dado que los alumnos quedan a cargo de un inspector o incluso solos en el caso de que no haya nadie disponible. A ello se suma docentes ejerciendo, incluso con jefatura, que no tienen título acorde.
(Fuente: Biobío)