Desde la semana pasada, los titulares de Chile, Latinoamérica y el resto del mundo han hecho eco del violento secuestro sufrido por el ex teniente del ejército venezolano Ronald Ojeda Moreno, quien en 2017 se fugó desde una cárcel militar de su país, donde estaba encerrado por los cargos de “rebelión, instigación a la rebelión, motín y traición a la patria”.
Llegó a Chile en 2018 y en diciembre de 2023 recibió asilo político por parte del gobierno del presidente Gabriel Boric.
La última vez que Ojeda fue visto con vida se remonta a la madrugada del 21 de febrero, cuando cuatro hombres con acento caribeño y vestidos como funcionarios de la PDI llegaron hasta un departamento en la comuna de Independencia, donde el ex militar vivía junto a su familia. Allí, los sujetos lo golpearon, desnudaron y, a punta de pistola, lo alejaron de los suyos.
Aún hay muchas interrogantes en torno a las motivaciones de los autores de este secuestro y quiénes son todos los que participaron en su comisión.
Ronald Ojeda fue encontrado fallecido el pasado viernes 1 de marzo, luego de 9 días sin que hubiese rastro de su paradero. Su cuerpo estaba enterrado bajo una estructura de cemento al interior de una toma en Maipú.
Hay un detenido por el secuestro del ex militar y se trata de un joven de 17 años venezolano.
Tranquila vida en Quillota
Nadie sabe lo que habrá pasado por la mente del teniente Ojeda o su familia mientras se produjo aquella traumática separación, pero sin duda, deben haber recordado su vida en Venezuela y posiblemente el último periodo en el que estuvieron tranquilos y alejados de la capital, es decir, el año cuando se radicaron en el sector rural de Quillota, entre 2021 y 2022.
“Era un buen hombre”
Si bien muchos vecinos se enteraron de la noticia y recordaban a aquel callado venezolano que vivía en una casa azul, justo en la esquina de Díaz Fuenzalida con Mauco Poniente, pocos tenían algo que decir sobre él, hasta que nos topamos con el que probablemente era uno de los pocos amigos que Ojeda hizo en su paso por Quillota. Se trata de un antiguo vecino del sector, quien nervioso por lo ocurrido, prefirió mantener su nombre bajo reserva.
“Cuando vi la noticia en la tele me dije, a ese hombre yo lo conozco”, contó quien dice ser el único del barrio con quien Ojeda se sentaba a conversar por horas. “Nos sentábamos en una banquita en la calle y hablábamos, no se juntaba con nadie, era muy callado, vivía con su esposa y su hijito, nunca dieron ningún problema”, comentó.
Además, agregó que no era muy dado a hablar de su pasado. “Me contó que en Venezuela era militar, pero nada más, no supe hasta ahora que se había fugado”, señaló el vecino aún sorprendido.
Con un dejo de tristeza en su voz, su amigo lo recordó como un hombre honrado que quería salir adelante. “Tenía un taller en su casa donde hacía marquesas. Fabricaba camas. Varias veces entré y vi cómo las hacía, le quedaban muy bonitas”, comentó, señalando que tras aproximadamente un año él le dijo que se mudaría a la capital junto a su familia.
“Me comentó que posiblemente allá iba a tener más clientela, desde ese entonces no supe más de él, hasta que lo vi en las noticias. Ojalá que aparezca, era un buen hombre”, señaló.
(Fuente: EO)