¿Sabías que antiguamente en Chile existían 3 feriados? Sí, la independencia de Chile se celebraba el 12 de febrero, el 5 de abril y el 18 de septiembre. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué se perdieron esos días festivos? ¿Por qué el 18 de septiembre quedó como feriado oficial? ¡Aquí te lo contamos!
¿Qué se celebra el 18 de septiembre?
Antes de revisar qué es lo que celebramos el 18 de septiembre, debemos entender el contexto histórico de todo esto. Hay 3 hitos claves que marcaron la independencia de Chile:
- 18 de septiembre de 1810: se celebra la primera junta nacional de gobierno, acto que da inicio al proceso de independencia (no estábamos independizados aún).
- 12 de febrero de 1818: Chile firma su acta oficial de independencia (ahora sí, Chile se independizó de España).
- 5 de abril de 1818: Chile, a manos de Bernardo O’Higgins, gana una batalla crucial (la batalla de Maipú) en la que los españoles trataban de recuperar la soberanía. El triunfo consolidó la independencia
Entonces, ¿qué celebramos el 18 de septiembre? ¿celebramos la primera junta nacional de gobierno? No, el 18 de septiembre se celebra la independencia de Chile, pero no la fecha en que ocurrió, si no estos 3 hitos que marcaron el camino para que Chile se volviera un país independiente. No celebramos un hecho en particular, celebramos el conjunto de hechos que marcaron nuestra historia.
¿Por qué el 18 de septiembre?
Ya sabemos lo que estamos celebrando, pero ¿por qué no celebramos el 5 de abril o el 12 de febrero? ¿Por qué no celebramos cada día por separado? Esta es una excelente pregunta y para responderla hay que revisar la historia.
Tras la independencia de Chile en 1810, el país celebraba estas 3 fechas por separado y con mucha alegría. Fiestas y carnavales de norte a sur durante el 12 de febrero, el 5 de abril y también el 18 de septiembre. Eran conmemoraciones muy importantes, hasta que en 1937 José Joaquín Prieto, el Presidente de la época, decidió eliminar el 5 de abril y el 12 de febrero y unir los feriados en un sólo día.
¿Qué ocurrió? ¿Por qué hizo esto? Revisemos las razones políticas y religiosas que eliminaron las festividades.
Factores políticos
Ya con un Chile independiente, en 1831, el militar José Joaquín Prieto asumió la presidencia de Chile y como vicepresidente lo acompañaba Diego Portales.
En ese entonces, Bernardo O’higgins, importante figura política y quien participó activamente en el proceso de independencia, estaba autoexiliado. Se había ido del país por cuestionamientos a su autoridad.
A O’higgins se le acusaba por el asesinato de Manuel Rodríguez y José Miguel Carrera; se le cuestionaba su amistad con los militares argentinos; la aristocrasia lo detestaba por eliminar el título de la nobleza; y la iglesia por crear un cementerio para no católicos.
Aunque estaba lejos, para el Presidente Prieto su figura seguía siendo un peligro. Había en Chile mucha gente que aún recordaba su participación en la separación de Chile con España y tenía miedo de que si intentaba volver, pusiera en jaque su autoridad.
Joaquín Prieto fue muy inteligente y buscó una estrategia que de a poco disipara la imagen de O’higgins. Para él, las festividades del 5 de abril y del 12 de febrero se relacionaban mucho con la figura de su enemigo, a diferencia del 18 de septiembre que era algo más neutro y directamente relacionado a la independencia.
Fue así que en 1937 (durante su reelección y segundo gobierno)firmó un decreto que unía los 3 feriados y celebraciones en uno solo y bajo el nombre de fiestas patrias se decidió celebrar el 18 de septiembre, el día de conmemoración que más se alejaba de la figura de O’higgins.
Factores religiosos
Ya sabemos cuál era el plan de José Joaquín Prieto (alejar la figura de O’higgins), pero la verdad es que la iglesia también tuvo un factor preponderante en el cambio de feriados. Para la iglesia, febrero y abril eran fechas importantes. Ambas estaban muy cerca de Semana Santa y celebrar la independencia en esos meses, le restaban importancia a su celebración católica.
Fue así, que aprovechando el descontento de José Joaquín Prieto con la figura de O’higgins, presionaron para que se firmara el decreto oficial que reunía los feriados y celebraciones de Chile.
Muchos historiadores dicen que la presión de la iglesia fue el punto final a esta discusión y la que terminó por lograr el cambio de festividad en Chile.